ERNESTO GUEVARA DE LA
SERNA
Tan insigne revolucionario nació en un
hospital de la ciudad de Rosario, Argentina, segunda en importancia en aquella
época del país, el 14 de junio de 1928, como miembro de una familia bien
acomodada y muy culta. Su padre Ernesto Guevara Lynch, a quien le faltaron
pocas asignaturas para graduarse de arquitecto, era un lector voraz y poseía
una muy bien nutrida biblioteca; su madre Celia de la Serna, hija del doctor
Juan Martín de la Serna, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad
de Buenos Aires, dominaba los idiomas inglés y francés y de sus cuatro
hermanos, tres se graduaron de abogado y arquitectos en la propia universidad
bonaerense.
Desde los dos años de edad comenzó su
padecimiento crónico de bronquitis asmática que lo acompañaría toda su vida,
pero que templaría su voluntad hasta llevarla a límites increíbles y forjaría
su vocación por la medicina.
La familia Guevara de la Serna, por los
negocios del padre, se vio precisada a cambiar muchas veces de lugar de residencia,
lo que le dio desde su niñez a Ernesto Guevara una visión en extensión de su
mundo, que lo convertiría en un viajero impenitente durante toda su existencia.
La enseñanza primaria la recibió de dos
competentes pedagogos, los primeros grados impartidos por la profesora Elba
Rossi en el Colegio San Martín y los últimos por el profesor Osvaldo Oviedo
Zelaya en el Colegio Santiago Liniers, ambos en la pequeña ciudad de
Altagracia, provincia de Córdoba.
Los estudios de bachillerato los cursó en
el notable Colegio Nacional Deán Funes, impregnado del pensamiento del
sacerdote y revolucionario don Gregorio Funes, en la ciudad de Córdoba, capital
de la provincia del mismo nombre, en cuya universidad se llevó a cabo en 1918
una de las reformas de estudios más profunda, por su proyección social, de la
historia de América.
En esta época conoce al doctor Alberto
Granado, notable bioquímico, tiempo más tarde profesor de las Facultades de
Medicina de las Universidades de Santiago de Cuba y La Habana, de determinante
influencia en la personalidad de Guevara y con el se consolida su afición por
los viajes, que comienzan a partir de entonces por toda la Argentina. De esos
años de estudios preuniversitarios diría su padre: "Toda mi biblioteca
pasó por sus manos antes de ser adulto. Yo tenía una biblioteca bastante
completa. Ernesto a los 15 años estaba ya familiarizado con Jung, Adler, y con
Marx, Engels, Lenin"
Su facilidad para las matemáticas hizo
pensar a familiares y amigos que matricularía ingeniería como carrera universitaria
y es preciso detenernos en este aspecto para comentar que dicho interés y la
conciencia de la utilidad del conocimiento de las matemáticas, para toda
actividad científica, económica y social, no lo abandonaron nunca. Muchos años
después cuando ocupaba la presidencia del Banco Nacional de Cuba, su
vicepresidente lo era el doctor Salvador Vilaseca Fornel, notable profesor de
matemáticas, después rector de la Universidad de La Habana, a quien pidió
Guevara le diera clases de esta ciencia y cuenta el viejo maestro que durante
cinco años fue su alumno, que del inicial repaso de las matemáticas del
bachillerato pasaron a profundizar en la geometría analítica, el álgebra
superior, cálculo diferencial e integral, ecuaciones diferenciales, hasta
entrar en el análisis del libro sobre programación lineal del profesor mexicano
Héctor M. Espinosa Berriel, del que resolvió uno por uno todos sus ejercicios y
tiempo más tarde cuando preparaba su viaje a Bolivia le mandó a pedir, a su
maestro, cinco libros, uno de ellos sobre programación lineal, del autor
norteamericano que habían empezado a estudiar juntos.
Pero un hecho familiar, ha apuntado su
padre, lo inclinó definitivamente a la medicina. Cuando esperaba en las
vacaciones de 1947 para matricularse en la Universidad, sin haber decidido aún
en qué Facultad, su abuela paterna sufre una hemorragia cerebral y Guevara
acude rápidamente a su lado y está junto a ella, haciéndole todos los cuidados,
en los últimos 15 días de su agonía. Profundamente deprimido, con su muerte
inevitable, matricula en la Universidad de Buenos Aires la carrera de medicina.
Las universidades argentinas habían sido
profundamente sacudidas por la revolución universitaria de 1918, iniciada en la
de Córdoba, la más antigua institución docente superior de país, fundada en
1613, pero en ésta y en la de Buenos Aires, fueron las que más profundamente
había dejado sus huellas.
Los cubanos también sentimos sus vientos
de renovación. En 1922 de visita en la capital del país, para asistir al VI
Congreso Médico Latinoamericano, el doctor José Arce, eminente cirujano,
entonces rector de la Universidad de Buenos Aires, fue invitado a pronunciar
una conferencia sobre dichos cambios en la enseñanza superior, lo que hizo el 4
de diciembre del propio año con el título, "La evolución de las
universidades argentinas" en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.
Desde entonces esta conferencia ha sido considerada como el hecho que
desencadenó la revolución estudiantil universitaria de 1923 dirigida por
nuestro inmortal líder juvenil Julio Antonio Mella, que produjo la reforma de
estudios de 1924, aunque yo opino que en lo referente a los de nuestra Facultad
de Medicina estuvieron más influidos por el informe de Abraham Flexner sobre
los estudios médicos en Estados Unidos y Canadá de 1910.
En la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad de Buenos Aires en 1947, cuando ingresa Ernesto Guevara, los
estudios médicos se realizaban en seis cursos explicados en 30 cátedras,
innegablemente influidos por la reforma de Córdoba. Desde su inicio va unir el
trabajo a su aprendizaje oficial. En el primer año labora como oficinista en la
Municipalidad de Buenos Aires y en el segundo ya los hace en el Instituto de
Investigaciones Alérgicas bajo la dirección del eminente alergólogo doctor
Salvador Pissani, primero su médico y después su admirado maestro, con el que
trabaja hasta el final de la carrera. Algunas de las investigaciones en que
interviene serán publicadas en la revista Alergia como "Sensibilización de
cobayos a pólenes por inyección de extracto de naranjas".
Su interés siempre mantenido de conocer
nuevos horizontes geográficos y sociales lo induce a trabajar durante sus
vacaciones como enfermero en barcos de la marina mercante en viajes por puertos
nacionales y su afán de saber inclina sus lecturas, aún más, por campos
aparentemente ajenos a la medicina, como la lectura, la historia, la filosofía,
la arqueología, la política y estudia dibujo por correspondencia.
Indiscutiblemente que compartía la famosa afirmación del profesor español del
siglo XIX don José Letamendi: "El médico que sólo sabe de medicina, ni
medicina siquiera sabe".
Terminado el cuarto año de la carrera,
tiene ya aprobadas 16 asignaturas que comprenden las ciencias básicas y
preclínicas y ha entrado en contacto muy satisfactoriamente con la famosa
Escuela Argentina de Semiología y Clínica Propedéutica que dio figuras de la
importancia, entre muchas, de los profesores Gregorio Aráoz Alfaro, Tiburcio
Padilla y Pedro Cossio, por cuya grandiosa "Biblioteca de
Semiología", integrada por diez volúmenes aprendimos tan importante
materia médica los estudiantes latinoamericanos desde los años de las décadas
de 1930 a 1960.
Con ese bagaje médico y humanista emprende
Guevara con su amigo el doctor Alberto Granado su viaje de nueve meses por
Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. En el Amazonas peruano
va a conocer a un hombre extraordinario, con el que laboran un tiempo, que
marcará también su formación humanista y científica, el doctor Hugo Pesce, profesor
de Medicina Tropical de la Universidad de San Marcos de Lima, la más antigua de
América del Sur, quien por su militancia política se vio obligado a dejar su
cátedra y continuar sus investigaciones en las selvas amazónicas en las que
estudió la fisiología del indio y descubrió zonas endémicas de tifus
recurrente, varias nuevas especies de flebótomos, un foco leprógeno y creó un
centro asistencial contra esta última enfermedad.
La imagen de Ernesto Che Guevara queda incompleta si no se consideran, junto a la de revolucionario, sus facetas como ideólogo y teórico de la guerrilla, de la lucha armada en pequeños grupos como única forma revolucionaria de actividad política posible en los países subdesarrollados. Sus ideas se hallan expuestas en textos como el famoso Mensaje a la Tricontinental (1967) y el ya citado libro La guerra de guerrillas (1960).
ResponderEliminarSi bien escribió muchísimo, la mayor parte de su obra sigue inédita. La integran manuscritos, cartas, discursos, proclamas y, sobre todo, artículos publicados en Verde olivo, el órgano de las Fuerzas Armadas cubanas, en las que el Che ostentaba el grado de comandante. Los más recordados son aquellos en los que evoca la revolución cubana (Una revolución que comienza, 1959 y siguientes) y los de política económica (Contra el burocratismo, 1963 y siguientes). Del diario que Ernesto Guevara había ido escribiendo durante toda su vida, se publicó póstumamente la parte referente a la guerrilla boliviana: Diario del Che en Bolivia (1968).
Este último libro, que relata su lucha guerrillera en Bolivia hasta el día inmediatamente anterior a su captura, constituye el más impresionante testimonio de su personalidad. El Che describe el día a día de la guerrilla por dentro, en su aspecto cotidiano; las mil dificultades prácticas, las debilidades, los errores y litigios entre compañeros y su precario estado de salud dan lugar a un cuadro nada idealizado. Pero es sobre todo el estilo casi distanciado de este diario, incluso en los momentos más difíciles, lo que revela el lado humano del Che en el último período de su vida: en su ánimo reinaban una enorme calma y una profunda serenidad, debidas a la íntima convicción de lo justo de sus ideales y a la razonada aceptación del riesgo de morir en la lucha.
Ernesto Che Guevara, Argentino-cubano, hombre de cuna culta, que lo llevo desarrollar forjar una persona con ansias de aprender y descubrirse, por lo que su paso por la universidad para desarrollar la Carrera de Medico, y su encuentro con los Castros en México, lo formaron con un discípulo de Fidel; juntándose para llevar a cabo la insurrección (llevar a los rebeldes al poder) y revolución (se logra desde el poder).
ResponderEliminarDefiniendo al Che como una especie de Juan Bautista moderno, armado y errante, donde su río Jordán era un campo de batalla. El Che no fue un Socialista desde su unió con los castristas, fue una aventura que el tomo como reto, el deseo de contribuir a la causa que había abrazado genuina y desinteresadamente. Aparecía frecuentemente en público y ocupaba cargos administrativas importantes del gobierno de Cuba; era reconocido como un héroe y pilar de la revolución.
Cuando el Che fue nombrado Presidente del Banco Nacional de Cuba, circulaba un chiste que a él le gustaba repetir. "Fidel reunió a sus íntimos colaboradores y dijo que necesitaba un economista para dirigir el Banco Nacional de Cuba, y preguntó si había un economista en el grupo. El Che levantó la mano y Fidel lo nombró en el cargo. Terminada la reunión Fidel se acercó al Che y le dijo: no sabía que eras economista. El Che respondió sorprendido, no lo soy, creía que preguntabas si había un comunista en la reunión, por eso levanté la mano". (1)
¡Lo sé! ¡Lo sé!
Si me voy de aquí me traga el río.
Es mi destino: "hoy voy a morir".
Pero no, la fuerza de voluntad todo lo puede.
Están los obstáculos, lo admito.
No quiero salir.
Si tengo que morir, será en esta cueva.
Las balas, qué me pueden hacer las balas
si mi destino es morir ahogado, pero voy
a superar mi destino. El destino se puede
alcanzar con la fuerza de voluntad.
Morir sí, pero acribillado por
las balas, destrozado por las bayonetas,
si, no, no, ahogado no...
un recuerdo más perdurable que mi nombre
es luchar, morir luchando. (2)
Esta poesía escrita por el Che a temprana edad refleja su espíritu luchador, sin miedo ni temores,, sus viajes mayormente por toda Latinoamérica empapándose de varias corrientes ideológicas, viendo entre polémicas, tomando el mando de una guerrilla sangrienta; lo llevaron a formar su propia corriente guevarismo, que tomaba del antiimperialismo, el marxismo y el comunismo como elementos de base, pero con reflexiones sobre la forma de realizar una revolución y crear una sociedad socialista que le dieron identidad propia.
(1) http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagmf014.php
(2) Poesía escrita a los 19 años, Ernesto Guevara, 1947