viernes, 24 de octubre de 2014

Biografia

ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA
Tan insigne revolucionario nació en un hospital de la ciudad de Rosario, Argentina, segunda en importancia en aquella época del país, el 14 de junio de 1928, como miembro de una familia bien acomodada y muy culta. Su padre Ernesto Guevara Lynch, a quien le faltaron pocas asignaturas para graduarse de arquitecto, era un lector voraz y poseía una muy bien nutrida biblioteca; su madre Celia de la Serna, hija del doctor Juan Martín de la Serna, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, dominaba los idiomas inglés y francés y de sus cuatro hermanos, tres se graduaron de abogado y arquitectos en la propia universidad bonaerense.
Desde los dos años de edad comenzó su padecimiento crónico de bronquitis asmática que lo acompañaría toda su vida, pero que templaría su voluntad hasta llevarla a límites increíbles y forjaría su vocación por la medicina.
La familia Guevara de la Serna, por los negocios del padre, se vio precisada a cambiar muchas veces de lugar de residencia, lo que le dio desde su niñez a Ernesto Guevara una visión en extensión de su mundo, que lo convertiría en un viajero impenitente durante toda su existencia.
La enseñanza primaria la recibió de dos competentes pedagogos, los primeros grados impartidos por la profesora Elba Rossi en el Colegio San Martín y los últimos por el profesor Osvaldo Oviedo Zelaya en el Colegio Santiago Liniers, ambos en la pequeña ciudad de Altagracia, provincia de Córdoba.
Los estudios de bachillerato los cursó en el notable Colegio Nacional Deán Funes, impregnado del pensamiento del sacerdote y revolucionario don Gregorio Funes, en la ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre, en cuya universidad se llevó a cabo en 1918 una de las reformas de estudios más profunda, por su proyección social, de la historia de América.
En esta época conoce al doctor Alberto Granado, notable bioquímico, tiempo más tarde profesor de las Facultades de Medicina de las Universidades de Santiago de Cuba y La Habana, de determinante influencia en la personalidad de Guevara y con el se consolida su afición por los viajes, que comienzan a partir de entonces por toda la Argentina. De esos años de estudios preuniversitarios diría su padre: "Toda mi biblioteca pasó por sus manos antes de ser adulto. Yo tenía una biblioteca bastante completa. Ernesto a los 15 años estaba ya familiarizado con Jung, Adler, y con Marx, Engels, Lenin"
Su facilidad para las matemáticas hizo pensar a familiares y amigos que matricularía ingeniería como carrera universitaria y es preciso detenernos en este aspecto para comentar que dicho interés y la conciencia de la utilidad del conocimiento de las matemáticas, para toda actividad científica, económica y social, no lo abandonaron nunca. Muchos años después cuando ocupaba la presidencia del Banco Nacional de Cuba, su vicepresidente lo era el doctor Salvador Vilaseca Fornel, notable profesor de matemáticas, después rector de la Universidad de La Habana, a quien pidió Guevara le diera clases de esta ciencia y cuenta el viejo maestro que durante cinco años fue su alumno, que del inicial repaso de las matemáticas del bachillerato pasaron a profundizar en la geometría analítica, el álgebra superior, cálculo diferencial e integral, ecuaciones diferenciales, hasta entrar en el análisis del libro sobre programación lineal del profesor mexicano Héctor M. Espinosa Berriel, del que resolvió uno por uno todos sus ejercicios y tiempo más tarde cuando preparaba su viaje a Bolivia le mandó a pedir, a su maestro, cinco libros, uno de ellos sobre programación lineal, del autor norteamericano que habían empezado a estudiar juntos.
Pero un hecho familiar, ha apuntado su padre, lo inclinó definitivamente a la medicina. Cuando esperaba en las vacaciones de 1947 para matricularse en la Universidad, sin haber decidido aún en qué Facultad, su abuela paterna sufre una hemorragia cerebral y Guevara acude rápidamente a su lado y está junto a ella, haciéndole todos los cuidados, en los últimos 15 días de su agonía. Profundamente deprimido, con su muerte inevitable, matricula en la Universidad de Buenos Aires la carrera de medicina.
Las universidades argentinas habían sido profundamente sacudidas por la revolución universitaria de 1918, iniciada en la de Córdoba, la más antigua institución docente superior de país, fundada en 1613, pero en ésta y en la de Buenos Aires, fueron las que más profundamente había dejado sus huellas.
Los cubanos también sentimos sus vientos de renovación. En 1922 de visita en la capital del país, para asistir al VI Congreso Médico Latinoamericano, el doctor José Arce, eminente cirujano, entonces rector de la Universidad de Buenos Aires, fue invitado a pronunciar una conferencia sobre dichos cambios en la enseñanza superior, lo que hizo el 4 de diciembre del propio año con el título, "La evolución de las universidades argentinas" en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. Desde entonces esta conferencia ha sido considerada como el hecho que desencadenó la revolución estudiantil universitaria de 1923 dirigida por nuestro inmortal líder juvenil Julio Antonio Mella, que produjo la reforma de estudios de 1924, aunque yo opino que en lo referente a los de nuestra Facultad de Medicina estuvieron más influidos por el informe de Abraham Flexner sobre los estudios médicos en Estados Unidos y Canadá de 1910.
En la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires en 1947, cuando ingresa Ernesto Guevara, los estudios médicos se realizaban en seis cursos explicados en 30 cátedras, innegablemente influidos por la reforma de Córdoba. Desde su inicio va unir el trabajo a su aprendizaje oficial. En el primer año labora como oficinista en la Municipalidad de Buenos Aires y en el segundo ya los hace en el Instituto de Investigaciones Alérgicas bajo la dirección del eminente alergólogo doctor Salvador Pissani, primero su médico y después su admirado maestro, con el que trabaja hasta el final de la carrera. Algunas de las investigaciones en que interviene serán publicadas en la revista Alergia como "Sensibilización de cobayos a pólenes por inyección de extracto de naranjas".
Su interés siempre mantenido de conocer nuevos horizontes geográficos y sociales lo induce a trabajar durante sus vacaciones como enfermero en barcos de la marina mercante en viajes por puertos nacionales y su afán de saber inclina sus lecturas, aún más, por campos aparentemente ajenos a la medicina, como la lectura, la historia, la filosofía, la arqueología, la política y estudia dibujo por correspondencia. Indiscutiblemente que compartía la famosa afirmación del profesor español del siglo XIX don José Letamendi: "El médico que sólo sabe de medicina, ni medicina siquiera sabe".
Terminado el cuarto año de la carrera, tiene ya aprobadas 16 asignaturas que comprenden las ciencias básicas y preclínicas y ha entrado en contacto muy satisfactoriamente con la famosa Escuela Argentina de Semiología y Clínica Propedéutica que dio figuras de la importancia, entre muchas, de los profesores Gregorio Aráoz Alfaro, Tiburcio Padilla y Pedro Cossio, por cuya grandiosa "Biblioteca de Semiología", integrada por diez volúmenes aprendimos tan importante materia médica los estudiantes latinoamericanos desde los años de las décadas de 1930 a 1960.

Con ese bagaje médico y humanista emprende Guevara con su amigo el doctor Alberto Granado su viaje de nueve meses por Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. En el Amazonas peruano va a conocer a un hombre extraordinario, con el que laboran un tiempo, que marcará también su formación humanista y científica, el doctor Hugo Pesce, profesor de Medicina Tropical de la Universidad de San Marcos de Lima, la más antigua de América del Sur, quien por su militancia política se vio obligado a dejar su cátedra y continuar sus investigaciones en las selvas amazónicas en las que estudió la fisiología del indio y descubrió zonas endémicas de tifus recurrente, varias nuevas especies de flebótomos, un foco leprógeno y creó un centro asistencial contra esta última enfermedad.

2 comentarios:

  1. La imagen de Ernesto Che Guevara queda incompleta si no se consideran, junto a la de revolucionario, sus facetas como ideólogo y teórico de la guerrilla, de la lucha armada en pequeños grupos como única forma revolucionaria de actividad política posible en los países subdesarrollados. Sus ideas se hallan expuestas en textos como el famoso Mensaje a la Tricontinental (1967) y el ya citado libro La guerra de guerrillas (1960).

    Si bien escribió muchísimo, la mayor parte de su obra sigue inédita. La integran manuscritos, cartas, discursos, proclamas y, sobre todo, artículos publicados en Verde olivo, el órgano de las Fuerzas Armadas cubanas, en las que el Che ostentaba el grado de comandante. Los más recordados son aquellos en los que evoca la revolución cubana (Una revolución que comienza, 1959 y siguientes) y los de política económica (Contra el burocratismo, 1963 y siguientes). Del diario que Ernesto Guevara había ido escribiendo durante toda su vida, se publicó póstumamente la parte referente a la guerrilla boliviana: Diario del Che en Bolivia (1968).

    Este último libro, que relata su lucha guerrillera en Bolivia hasta el día inmediatamente anterior a su captura, constituye el más impresionante testimonio de su personalidad. El Che describe el día a día de la guerrilla por dentro, en su aspecto cotidiano; las mil dificultades prácticas, las debilidades, los errores y litigios entre compañeros y su precario estado de salud dan lugar a un cuadro nada idealizado. Pero es sobre todo el estilo casi distanciado de este diario, incluso en los momentos más difíciles, lo que revela el lado humano del Che en el último período de su vida: en su ánimo reinaban una enorme calma y una profunda serenidad, debidas a la íntima convicción de lo justo de sus ideales y a la razonada aceptación del riesgo de morir en la lucha.


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  2. Ernesto Che Guevara, Argentino-cubano, hombre de cuna culta, que lo llevo desarrollar forjar una persona con ansias de aprender y descubrirse, por lo que su paso por la universidad para desarrollar la Carrera de Medico, y su encuentro con los Castros en México, lo formaron con un discípulo de Fidel; juntándose para llevar a cabo la insurrección (llevar a los rebeldes al poder) y revolución (se logra desde el poder).

    Definiendo al Che como una especie de Juan Bautista moderno, armado y errante, donde su río Jordán era un campo de batalla. El Che no fue un Socialista desde su unió con los castristas, fue una aventura que el tomo como reto, el deseo de contribuir a la causa que había abrazado genuina y desinteresadamente. Aparecía frecuentemente en público y ocupaba cargos administrativas importantes del gobierno de Cuba; era reconocido como un héroe y pilar de la revolución.

    Cuando el Che fue nombrado Presidente del Banco Nacional de Cuba, circulaba un chiste que a él le gustaba repetir. "Fidel reunió a sus íntimos colaboradores y dijo que necesitaba un economista para dirigir el Banco Nacional de Cuba, y preguntó si había un economista en el grupo. El Che levantó la mano y Fidel lo nombró en el cargo. Terminada la reunión Fidel se acercó al Che y le dijo: no sabía que eras economista. El Che respondió sorprendido, no lo soy, creía que preguntabas si había un comunista en la reunión, por eso levanté la mano". (1)

    ¡Lo sé! ¡Lo sé!
    Si me voy de aquí me traga el río.
    Es mi destino: "hoy voy a morir".
    Pero no, la fuerza de voluntad todo lo puede.
    Están los obstáculos, lo admito.
    No quiero salir.
    Si tengo que morir, será en esta cueva.
    Las balas, qué me pueden hacer las balas
    si mi destino es morir ahogado, pero voy
    a superar mi destino. El destino se puede
    alcanzar con la fuerza de voluntad.
    Morir sí, pero acribillado por
    las balas, destrozado por las bayonetas,
    si, no, no, ahogado no...
    un recuerdo más perdurable que mi nombre
    es luchar, morir luchando. (2)

    Esta poesía escrita por el Che a temprana edad refleja su espíritu luchador, sin miedo ni temores,, sus viajes mayormente por toda Latinoamérica empapándose de varias corrientes ideológicas, viendo entre polémicas, tomando el mando de una guerrilla sangrienta; lo llevaron a formar su propia corriente guevarismo, que tomaba del antiimperialismo, el marxismo y el comunismo como elementos de base, pero con reflexiones sobre la forma de realizar una revolución y crear una sociedad socialista que le dieron identidad propia.

    (1) http://www.amigospais-guaracabuya.org/oagmf014.php

    (2) Poesía escrita a los 19 años, Ernesto Guevara, 1947

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